Sorprendentes arquitecturas construidas con materiales no convencionales

El uso de materiales como cajas y láminas de cartón, latas, diferentes tipos de plásticos, botellas, tubos, contenedores, empaques, discos compactos, etc., que se utilizan en muchas actividades de la vida cotidiana, han fomentado ingeniosas técnicas constructivas.

Además de económicas, amplían las posibilidades formales, que bien podrían ser aplicadas para urbanizaciones y viviendas de carácter popular, o simplemente para construir detalles de diseño interior sin necesidad de invertir grandes recursos.

En la actualidad los creadores disponen de una gran variedad de materiales constructivos.

No obstante que la oferta es muy extensa, muchos de ellos experimentan con materiales y objetos de uso cotidiano considerados como no convencionales en el ámbito de la arquitectura, como: cajas y láminas de cartón, papel, diferentes tipos de plásticos, botellas, tubos, contenedores industriales, empaques, discos compactos, etc.

El uso de estos materiales, han generado también ingeniosas técnicas constructivas que además de que amplían las posibilidades formales, permiten el desarrollo de edificaciones y detalles mucho más económicos, sobre todo cuando se trata de materiales reciclados.

Este factor puede resultar de gran relevancia para la arquitectura, diseño y construcción, ya que plantean soluciones que bien podrían ser aplicadas para urbanizaciones y viviendas de carácter popular, o simplemente permitir que en éste tipo de proyectos, que por lo general suelen ser muy austeros, pueda haber también interesantes detalles de diseño interior sin necesidad de invertir grandes recursos, lo que haría de ello, lugares mucho más acogedores y agradables.
Un interesante ejemplo de arquitectura resuelta con materiales no convencionales, es la Sala EM Lounge Sports, un edificio para eventos sociales, diseñado por los arquitectos Vaillo+Irigaray y cuya fachada fue construida con tubos de plástico reciclado pintados de color verde.

El interior de este edificio, es muy espacioso y luminoso, debido a la solución de la fachada y a un tragaluz ubicado al centro de la sala.

El esquema de organización del proyecto responde a una serie de patrones o micro estructuras similares a los que dejan el escurrimiento de los líquidos y los aerosoles, lo que le da gran dinamicidad al diseño.

El diseño interior, también fue resuelto con algunos materiales de reciclaje, como por ejemplo, la carpeta de vidrio, ubicada en el piso del centro de la sala, que se realizó con pedacería de botellas de vino de color verde, detalle que hace aún más luminoso el espacio debido a los destellos que se generan cuando el sol o la iluminación artificial pegan sobre este material.
Otro ejemplo, que bien podría aplicarse en el diseño de interiores para la construcción de celosías o elementos divisorios es el Pabellón Brillante una estructura diseñada por los arquitectos Ariel Blonder, Austern Guy y Fidelman Mushit, que fue construida en su totalidad con discos compactos.

A nivel visual, este proyecto resulta muy atractivo, sin embargo, también resulta muy interesante a nivel conceptual, ya que cuestiona la forma tan rápida en que los dispositivos de almacenamiento de datos se vuelven obsoletos, dándoles una nueva utilidad en esta estructura.
El pabellón de latas diseñado por la firma de arquitectura Young Designers para la Bienal de Urbanismo de Paisaje Bat Yam del año 2008 es otro proyecto que revela cómo con creatividad un material tan común como las latas de aluminio puede convertirse en un interesante recurso constructivo y estético.
Este espacio, cuya volumetría fue construida en su totalidad con latas, se integra en un espacio público en proceso de urbanización, definiendo un punto de encuentro y recreo, cuya intención es reivindicar el uso de las plazas como centro de reunión de los vecinos.
Otro ingenioso proyecto es la denominada Wedding Chapel, una capilla ubicada en la localidad de Villa Escamp, en Holanda.
Lo interesante de este espacio destinado a enlaces matrimoniales es su volumetría, realizada con una de las técnicas más antiguas de tejido: el macramé, que sólo requiere de las manos para crear los más variados y espectaculares diseños mediante una serie de nudos.

Este proyecto resulta también interesante por el material con el que fue construido, que si bien es un material propio para la construcción, no suele utilizarse ni como elemento estructural ni como recurso estético: los tubos de ventilación flexibles que se utilizan para las instalaciones de aire acondicionado.
Una nueva alternativa en los sistemas de construcción del presente siglo son también las botellas de plástico PET, que permiten desarrollar edificaciones muy económicas y altamente resistentes.

Un ejemplo del uso inteligente de este material es una escuela primaria ubicada en Asia, diseñada y construida por Illac Diaz y la Fundación MyShelter, promotora del proyecto.
Para su construcción se utilizaron cientos de botellas de plástico y vidrio de 1.5 y 2 litros, en algunos casos vacías y en otros rellenas de adobe, un material mucho más barato que el concreto y que aplicado de esta forma es también tres veces más resistente que éste.

La importancia de este proyecto, radica en la forma como se presenta la basura, que ya no es un producto de desecho sino un objeto útil y valioso, que en lugar de representar un problema, puede transformarse en obras arquitectónicas perfectamente funcionales.

El ETH Future Pavilion fue diseñado para demostrar cómo la basura puede transformarse en un material de construcción viable.

Construido dentro de un parque estrecho que se extiende entre dos edificios en East Village de Nueva York, el pabellón contaba con un dosel arqueado hecho de paneles impermeables fabricados con contenedores de bebidas desechados.

El dosel estaba anclado a una base compuesta por paletas de madera apiladas.

Los paneles fueron suministrados por ReWall, empresa estadounidense que fabrica tableros de cartones de bebidas trituradas.

Hecho de papel, polietileno y aluminio, las cajas normalmente terminan en los vertederos. El año pasado, más de 180 mil millones de contenedores se consumieron en los Estados Unidos, según los diseñadores.

Si bien las placas ReWall están destinadas al revestimiento interior, el equipo de ETH Zurich las utilizó como material estructural.

Para minimizar aún más el impacto medioambiental de la estructura, el equipo de diseño utilizó correas de embalaje para conectar todos los componentes en lugar de pegamento, fijaciones de metal o materiales no reciclables.

El proyecto fue dirigido por Dirk E Hebel, profesor de arquitectura y construcción del ETH Zurich, y Block Research Group, un programa dentro de la universidad que explora y desarrolla innovaciones estructurales.

 

Fuente: www.noticias.arq.com.mx