Observa cómo es la casa más angosta del mundo por dentro

Un arquitecto la hizo entre las colindancias de dos edificios. Una locura que puede venderse a buen precio.

Hay casas que nacen por una ocurrencia o cuando implican un verdadero reto constructivo y de diseño. Tal es el caso de esta vivienda, considerada como una de las más angostas del mundo: 92 centímetros en su parte más angosta y 1.52 metros la más ancha.

El autor es Jakub Szczęsny, un arquitecto polaco que se dejó seducir por un terreno, si es que lo podemos llamar así, o más bien era el espacio que quedó entre dos edificios existentes, demasiado ancho como para cumplir con la separación obligada entre dos construcciones, pero demasiado estrecho para considerarse un predio.En todas las legislaciones alrededor del mundo se establece un área mínima para poder construir un inmueble, cualquiera que sea su uso. Obviamente a Jakub Szczęsnyle negaron el permiso de construcción, pero no se detuvo hasta no ver cumplido su propósito.

Varios artistas amigos suyos, le dieron la solución: “No digas que es una casa, más bien es una instalación”.

Y así lo logró. El arte se impuso a las leyes en materia de construcción, y el arquitecto siguió adelante, pues se le ocurrió llamar al escritor israelí Etgar Keret, de parientes polacos, y ofrecerle la casa. En la revista mexicana Nexos le preguntaron a Etgar Keret los motivos para construir esa casa.

Esta fue su respuesta:

“No fue una idea mía. Un día mientras estaba en Israel con mi hijo en el parque recibí una llamada telefónica desde Polonia, de un arquitecto que me anunciaba el proyecto de construcción de esa casa. “Le contesté un tanto incrédulo y colgué. Medio año después recibí otra llamada de parte del mismo arquitecto quien ahora había volado hasta Tel Aviv para encontrarse conmigo a fin de explicarme personalmente su plan y persuadirme de que era posible llevarlo a cabo. Le dije: “mira, me alegrará si lo haces, pero lo veo difícil, no tienes presupuesto y se requieren permisos especiales de la municipalidad local”.

“Y él me contestó: “no te preocupes, cuando yo me propongo algo, lo consigo”. La casa es muy sencilla en su funcionamiento: para entrar hay que bajar una escalera rebatible que conduce a la estancia (donde solo cabe un puff), el comedor para dos personas, la cocina y el baño.

Luego, mediante una escalera marinera se llega a la única habitación de la casa, equipada con una mesa donde sentarse a trabajar. El techo es un agua, por así decirle, con paneles transparentes para dejar pasar la luz. Al observar las fotografías, queda claro que Jakub Szczęsnysabe lo que hace: los detalles están bien resueltos, como el pequeño baño con regadera de teléfono, la estructura aparente resulta con PTR, y sobre todo que no hay una sensación de encierro o claustrofobia.

El primer piso tiene nada más que una escalera al segundo. Sin embargo, cuando se retrae la escalera, se obtiene una sala de estar agradable. Para llegar del segundo piso al tercero, debes subir una escalera blanca. Dado que la Casa Keret es tan minúscula, no tiene espacio para los aparatos eléctricos y de alcantarillado tradicionales.

La solución improvisada de Szczęsny para el dilema eléctrico involucró obtener electricidad de los dos edificios en medio de ambos. Para deshacerse de las aguas residuales, Keret House evita los estándares de la ciudad y en su lugar utiliza un diseño innovador personalizado. Como pocos arquitectos, Jakub Szczęsnyha podido realizar una de esas locuras que se nos ocurren alguna vez.

Gracias a la fama del escritor, se organizaron lecturas en voz alta, pero como sólo caben dos personas, Keret se encerraba con su acompañante y le leía.

 

 

 

Fuente: www.noticias.arq.com.mx